Permitir el paso en la calle, en los bancos y otros lugares es una cortesía que pocos dominicanos tienden a practicar
Para moverse en la sociedad hacen falta algunas reglas básicas de cortesía. República Dominicana se ha caracterizado siempre por ser un país de gente buena y hospitalaria, pero con mucha falta de educación en los temas de civismo.Ceder el paso se ha convertido prácticamente en una utopía en nuestras calles.
Es común ver a envejecientes, embarazadas, estudiantes, minusválidos, no videntes, entre otras personas, intentando cruzar una avenida desafiando el tráfico vehicular, que no se detiene un segundo para permitirle el paso. Igual sucede cuando personas con condiciones especiales requieren de un “chance” en las filas de banco, supermercado, estafetas para pago de servicios y hospitales.
Esto se atribuye al poco sentido común y desconsideración que demuestran las personas, lo que es una grave manifestación de desconocimiento de la convivencia, de lo que en protocolo se llama “urbanidad”, según Lynda Rodríguez, fundadora de la Escuela de Etiqueta, Protocolo y Formación Integral.
“El problema básico de los dominicanos es el comportamiento fuera de casa. Seguimos pensando en saltarnos las reglas en todo momento, cuando vamos conduciendo o hacemos una fila, es como si viviéramos en una jungla”, dice.
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