lunes, 14 de mayo de 2012

Miseria y desaliento Sobrevivir en los bateyes entre tantas precariedades es una odisea


Sabor amargo. Cientos de personas quedaron desamparadas en los bateyes después del proceso de capitalización del CEA, en 1997. La generosidad prometida quedó plasmada en el papel
Escrito por: ARISMENDY CALDERÓN (arismendy_ak47@hotmail.com)
Batey Paloma, San Pedro de Macorís. Las fatigadas pupilas del anciano Wilson Luis, de 81 años de edad, no ocultan la amargura, la frustración, la desesperanza. Su mirada incierta se dilata en un extenso terreno baldío donde antes florecía la caña de azúcar, una planta de sabor dulce que dejó un sabor a hiel, a quinina, en las personas que trabajaron y habitaron en los centros cañeros del Consejo Estatal del Azúcar (CEA).
“Yo solo espero la muerte”. El murmullo de Wilson apenas es perceptible. Sentado en una vieja mecedora, aprovecha la luz solar para calentarse. Un jirón de una vieja camisa que un vecino le regaló hace mucho tiempo cubre su famélico torso. El resto de su cuerpo lo cubre con una vieja manta. Comparte el antiguo y caluroso barracón que le sirve de albergue con ratas, cucarachas y otras alimañas.“Aquí no hay nada, nada que hacer, ni trabajo, ni comida, ni medicinas, nada. Hambre, mucha hambre, mucha miseria”. Habla pausado, y narra una historia de tragedias, de incertidumbre, de falta de planes y programas sociales, de viviendas, de bonificación, de pensión, de atención médica, de atención gubernamental. Las migajas oficiales no llegan a estas comunidades.
Wilson Luis no es la excepción. Desde que se produjo la capitalización del CEA, cientos de personas quedaron atrapadas en los bateyes, en una complicada red de miserias humanas. Algunos abandonaron el lugar o se trasladaron a otras comunidades cercanas, en busca de oportunidades para sobrevivir.Los que quedaron atrapados en los hilos de la compleja telaraña de estrechez, de pobreza extrema, incertidumbre, penurias, de inseguridad, comparten la desdicha, la desgracia y ocasionalmente raciones de alimentos que cocinan en un fogón común, a la interperie, usando leña o carbón vegetal como combustible. El gas licuado de petróleo es un artículo de lujo en los bateyes abandonados. seguir leyendo mas:

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